miércoles, 11 de abril de 2012
Acido / Alcalino
Siempre escuchamos mencionar la importancia que tienen los nutrientes en nuestra alimentación, el cuerpo y la salud.
Hablamos de proteínas, vitaminas, minerales, etc.
¿Pero que sabemos sobre el equilibrio acido/básico (alcalino)?
Entre los componentes de nuestro cuerpo existen varios elementos que combinados entre si reaccionan y dan como resultado un producto de acidez o alcalinidad.
El cuerpo humano debe ser equilibrado con una tendencia a la alcalinidad.
Pero la alimentación produce justamente algo distinto a lo necesitado.
El exceso de acido pone en peligro la salud y la vida.
Todos los residuos del cuerpo son ácidos, por ello deben eliminarse pronto.
La mala alimentación deja residuos como así también los mecanismos naturales de nuestro cuerpo: respirar, correr, dormir, etc.
Todo alimento cuando es mezclado con saliva, jugo gástrico, bilis, jugo pancreático, produce un proceso mecánico que trae como consecuencia una acción química. Esto significa que después de que el cuerpo aprovechó los nutrientes, los residuos tienen tendencia a ser más o menos ácidos.
El hecho de que algunos alimentos contengan cierto tipo de ácidos no lo convierte necesariamente en un formador del mismo. Por ejemplo los cítricos tienen acido cítrico, la manzana acido málico, la uva acido tartárico pero no producen acidez, al contrario dejan en el cuerpo residuos alcalinos.
Los productos que aportan ácidos ofensivos deberían evitarse y poco a poco eliminarlos de la dieta:
El vinagre: perjudica la digestión, ataca el hígado y se filtra en los riñones (acido acético)
Conservantes artificiales: evitarlos completamente (acido benzoico)
Residuos de las células: deben eliminarse por los riñones (acido úrico)
La carne: ya viene con acido úrico por los residuos de las propias células del animal muerto.
También contienen elementos formadores de ácidos: huevos, legumbres, nueces, ciruelas, embutidos, lácteos, maní, cereales refinados, azúcar refinada, todo alimento proteico, café, cacao: son formadores de ácidos.
Este nivel excesivo de acidez influye en la salud de los huesos y en la eficacia de las defensas naturales.
Nuestra reserva de calcio en el cuerpo es netamente alcalina.
Si consumimos alimentos acidificantes el organismo va a reaccionar equilibrándolo. ¿Cómo? Extrayendo el calcio de nuestros huesos para lograr alcalinidad.
Los huesos sin calcio son débiles, quebradizos y altamente propensos a osteoporosis.
Principales causas que dan lugar a alteraciones de nuestro equilibrio ácido-base:
Alimentación incorrecta o predominantemente acida (mucha carne)
Exceso de bebidas alcohólicas de mala calidad
Nicotina y cafeína
Escasa ingesta de líquidos
Stress, sobrecargas físicas y mentales
Dietas desequilibradas
Contaminantes medioambientales
Productos de limpieza del hogar quimicos y abrasivos.
Falta de actividad física
Transformación y neutralización insuficiente de los ácidos debido a una carencia de vitaminas y oligoelementos.
Entonces debemos tener en cuenta que: Síntomas habituales de la acidosis son los problemas osteoarticulares, caries y sensibilidad de los dientes al calor, al frío o a lo ácido, facilidad para contraer infecciones, sensibilidad al dolor, espasmos y contracturas musculares, músculos doloridos, piel seca y agrietada, tendencia depresiva y enfermedades mas graves aun.
Autoridades mundiales señalan que lo ideal seria una dieta 75% alcalina y 25% acida.
Lista de algunos alimentos alcalinos:
Aceitunas
Zanahorias
Alcauciles
Uva
Sandia
Repollo (especialmente el blanco)
Almendras
Apio
Berros
Remolacha
Puerros
Banana (cruda)
Ananá
Brócoli
Berenjena
Pera
Pepino
Palta
Zapallo
Castañas
Coliflor
Diente de león
Durazno
Cítricos
Manzanas
Lechuga
Higos
Espárragos
Algas
Infusiones de hierbas
Sal marina
Etc.
Un valor pH entre 0 y 6.9 es propio de un ácido y un valor pH entre 7 y 14 es propio de un básico.
Los valores pH en el organismo varían según el órgano que analicemos. En el estómago predomina el medio ácido mientras que la sangre es el único componente del organismo en donde el pH presenta siempre un valor constante de 7.4 (ligeramente básico).
Los efectos de las alteraciones internas del metabolismo no se manifiestan espectacularmente, sino que van ganando terreno poco a poco. Por eso lo único que podemos hacer para detectarlas es prestar atención a las señales de aviso que emite nuestro organismo. En el caso de la acidificación corporal, suelen ir apareciendo progresivamente una serie de molestias características.
Entre las manifestaciones típicas tenemos, por ejemplo:
falta de energía crónica
agotamiento al menor esfuerzo y tendencia a sentir frío
escasa capacidad de recuperación
dificultades para concentrarse
irritabilidad
cansancio
uñas blandas, quebradizas o con manchas
molestias articulares
excesiva sensibilidad al dolor
propensión a las infecciones
propensión a las alergias
También debemos prestar especial atención al estado de nuestra piel porque una piel seca, resquebrajada, agrietada o con eccema seco en ocasiones puede ser indicio de acidificación.
Con el correr del tiempo, un exceso de acidez permanente sostenido durante años (también denominado acidosis) puede acarrear consecuencias peores, en este caso estaríamos hablando de enfermedades más graves.
Como mencionamos, las comidas acidificantes no contienen necesariamente ácidos, pero producen sustancias acidas durante la digestión y al ser absorbidas y aprovechadas por las células. Esta producción de ácidos constituye un proceso natural e inevitable que tiene lugar en el organismo de cualquier persona. Un ejemplo: como resultado de la digestión y la transformación de las proteínas de la carne se producen forzosamente ácidos, de los cuales probablemente el ácido úrico sea uno de los más conocidos. El exceso de ácido úrico se convierte en cristales de urato sódico, que por su propio peso precipitan y se depositan en las articulaciones y en otros tejidos, provocando la gota y otras enfermedades articulares discapacitantes y muy dolorosas.
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